Estudiada
profusamente por el profesor Roda Peña, la venerada obra fue realizada por
Gaspar del Águila y policromada por el pintor Antonio de Arfián en 1587,
felizmente restaurado por Francisco Berlanga en el año 2009.
Es una
imagen pensada para su ubicación en un retablo, ya que presenta ahuecada y
plana su parte posterior y alcanzó fama de milagrosa en el siglo XVII, según
refería el propio Abad Gordillo: “Y así
ante Él aparece mucha gente tribulada, y hacen su estación y dicen misas en
copioso número; y en los viernes de todo el año se celebra una misa muy
solemne, sin excepción, por la salud temporal y espiritual de los parroquianos
que acuden a oírla con frecuencia y veneración”.
El mismo
concepto estético presenta la imagen del Nazareno
de la Corona, de la parroquia del Sagrario de la Catedral.Una notable talla, completa, procesional, con soga anudada en la cintura y
marcado efectismo manierista en su posición y en la mirada del Señor, que debió
ser fuente de inspiración para autores del primer Barroco, como el propio Ocampo.
El modelo
también fue habitual en los conventos sevillanos. En el de franciscanas
de Santa María de Jesús, junto al retablo de San Pancracio se conserva el Retablo de las Ánimas,
realizado por Asensio de Maeda y Juan de Oviedo según el contrato firmado con Lope de Tapia en 1587. La
representación de las Ánimas es una pintura del siglo XVIII. En el centro
aparece un relieve escultórico de Cristo camino del Calvario, bajo un relieve
del Padre Eterno, una escena que sigue el repetido modelo de abrazo a la cruz
entre sayones y soldados romanos. Gran interés presenta otro relieve conservado
en el monasterio de carmelitas de la calle
Santa Ana, en un retablo dedicado a San Juan
Bautista, con arquitectura del siglo XVII y diferentes relieves recompuestos.
Los que
representan el tema de la Coronación
de espinas y el Camino del Calvario son
obra del siglo XVII, son relacionables con el estilo de los primeros autores
del siglo, con formas cercanas a las de Diego
López Bueno o a Juan de Oviedo. Al
ser un retablo de acarreo cabe la posibilidad de que algunas de las partes que
lo conforman pudieran provenir del desaparecido convento de carmelitas de
Belén.
Pintura,
esculturas, relieves y retablos… El siglo
XVII reorientaría la representación de Cristo portando la Cruz hacia el modelo que hoy se admite como más habitual, aquel en el que
Jesús abraza el palo más corto de la cruz, iconografía que permite colocar en
mejor posición la figura de un Cirineo o de otros personajes de la Pasión.
Quedarían desde entonces como excepcionalidad las imágenes del Nazareno del Silencio, de la Corona o, posiblemente, del actual Nazareno
de la Candelaria, que pudo portar la Cruz al modo
original. Excepciones que fueron la regla en la Edad Media y durante buena
parte del siglo XVI.
FUENTE. Manuel Jesús Roldán . PASION EN SEVILLA
FUENTE. Manuel Jesús Roldán . PASION EN SEVILLA
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